viernes, 18 de marzo de 2016

Reencuentro

 Relato del libro Se le volaron los pájaros

Somnolentus


Juana María, sobresaltada, de repente se encuentra en su sueño con un hombre en su apartamento. El hallazgo no la inquieta demasiado, aunque sí le intriga por donde ha entrado. La puerta de entrada estaba llaveada y con cerrojo.
¿Por donde entró?, le pregunta.
¡Por la terraza!
¿De donde viene y qué pretende de mí?
Estoy huyendo. Mire la mugre que tengo encima, le señala mostrándole su sucia camisa...Solo quisiera bañarme.
¡No en mi baño!
Bueno, al menos invíteme a tomar un café.
Allí está la cocina y el café. ¡Hágaselo! Y que sean dos de paso...
Toman el café, ambos se observan sin cruzar palabra.
¡Y ahora se retira! No tenga temor. No lo voy a delatar. Toque el timbre de abajo y le abro la puerta de calle. A mí no me importa saber de qué huye ni lo que puede haber hecho, pero lo invito a que se retire, le dijo mientras lo empujaba hacia la puerta.
Tocó el timbre mientras por el retrovisor del televisor vio como se iba...
Días después, entre el tumulto de una Avenida, con gran asombro se cruza al parecer con el mismo hombre. Lo mira, lo examina con detenimiento...La misma cara, los mismos rasgos, la misma altura, los mismos ojos, la misma mirada inquieta, la misma voz.
Le parece difícil superar el hallazgo. ¡Si, es el mismo hombre que vio en su sueño!
El hombre la observa, los dos asombrados se miran y él va a su encuentro.
-¿Qué quiere?, le indaga ella algo confusa.
-¡Debo decirle algo! ¡Cambie la marca de café, porque el que usa es verdaderamente horrible!

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